Es un barco bastante bien logrado y lleno de bonitos detalles. Comencemos por el primero. En el frente del barco, dispuesto a romper las olas, encontramos, nada más y nada menos, que... ¡El halcón marino que le da su nombre al barco! No se trata sinó de uno de aquellos loros de lego, en este caso de amarillo, pero aquello marca el futuro de otros barcos con algunas decoraciones frontales.
Como ocurre con otros barcos (casi todos en realidad), uno de sus puntos más bellos se aprecia en su parte trasera. Un camarote para el capitán, con dos juegos de ventanas en amarillo, que resaltan esta vista del barco. Como solía pasar, el camarote no es cerrado al frente. Eran otros tiempos.
Un detalle del barco, no siempre bien notado, es la cuerda que lo recorre y que da soporte a la vela diagonal en el frente y que termina amarrado justo aquí, en la parte de atrás.
También de destacar los sombreros de los marineros. Hasta donde sé es el único barco que incluyó ese tipo de gorros.
Un barco sin duda hermoso. Prometo algún día tomarle fotos a algunos más de sus detalles. Lo conseguí hace unos meses, y me causó una enorme alegría, pues encontrar un barco pirata al alcance de mi presupuesto es siempre un milagro. Su tamaño, mayor que el de los barcos que tenía y que ya mostré aquí, lo pone en un sitial de honor. Seguramente es debido a cosas como esas que los barcos más pequeños nunca causaron tanto gusto como este, pero, a mí todos y cada uno de mis barcos me parece una belleza.
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